San José de Ocoa y su desarrollo ecoturístico
El tema del ecoturismo comenzó a mencionarse en San José de Ocoa a principios de los años noventa, cuando se ponía de moda en otras regiones del país y del mundo. Para ese entonces, un grupo de soñadores se reunió alrededor de esa idea, fantástica y poco probable, de convertir a un municipio semi-rural en un destino turístico visitado por cientos, tal vez miles de turistas cada año.
Durante aquella década se realizaron muchos intentos, y a pesar de que en 1997 se integró el primer Comité de Turismo de Ocoa, no fue sino hasta el 2004 cuando el Congreso Nacional validó la intención de la recién creada provincia, de ser declarada “Provincia Ecoturística”, atendiendo a su potencial de crecimiento en ese sentido.
Pero sería ocho años más tarde cuando la conjugación histórica de esfuerzos y voluntades comenzaría a dar sus frutos, con la definitiva activación del Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la Provincia San José de Ocoa (CODEPROSJO) y la erogación de fondos estatales, para los fines de la divulgación y creación de las bases formales para el desarrollo de la industria sin chimeneas en la provincia.
Hoy, con más de 200 atractivos identificados, y varias personas e instituciones trabajando sin descanso en proyectos educativos y de desarrollo ecoturístico, San José de Ocoa parece avanzar con paso firme hacia su consolidación como una nueva oferta ecoturística para los turistas internos, al igual que para el turismo receptivo del país.
El potencial identificado
San José de Ocoa cuenta con tres municipios: Ocoa, Sabana Larga y Rancho Arriba, siendo este último, ubicado en un valle intramontano, el de mejores augurios. Una temperatura promedio de 21 grados Celsius, que desciende en enero hasta 3.5 grados; su riqueza natural y cultural, su variedad gastronómica, una extraordinaria producción agrícola y envidiables temperaturas, convierten a Rancho Arriba en el destino de quienes aspiran a disfrutar de un intenso contacto con la naturaleza y con las costumbres de tierra adentro. A Rancho Arriba le sigue en jerarquía ecoturística el paraje Tatón, perteneciente al municipio de Ocoa. Este destino ha sido bautizado por algunos como “La Nueva Suiza”, por sus señaladas similitudes con aquel país europeo. Su temperatura, oscilante entre los 15 y los 18 grados Celsius, y las amplias posibilidades de divisar el majestuoso paisaje de montañas, han motivado a diversas personalidades de la vida dominicana y a algunos extranjeros, a construir allí sus casas de campo o de veraneo, las cuales en ocasiones se convierten en sus principales lugares de refugio.
Las instituciones
Siendo CODEPROSJO el organismo rector en materia de desarrollo turístico, junto a su brazo administrativo, el Fondo de Desarrollo Ecoturístico de San José de Ocoa (FONDEPROSJO), existen otras instituciones que accionan de manera firme rumbo al desarrollo ecoturístico de la provincia sureña. Una de las punteras es la fundación Picos, Inc., fundada en 1994 e incorporada en 1997; una institución nacional que desde sus orígenes estuvo ligada a San José de Ocoa, pues su presidente fundador fue el Dr. Víctor Martínez Pimentel, munícipe ocoeño que ocupó las funciones de síndico, diputado y juez. En el 2012 fue designado como presidente de esta fundación otro ocoeño, Héctor Ulises Alcántara Martínez, profesional del turismo, egresado del programa de becas CASS, de la USAID y experimentado gerente hotelero. Su designación significó la definición de una estrategia educativa en el tema del ecoturismo en San José de Ocoa, que dedica esfuerzos y recursos a la formación de personal en el área a través de programas de educación continuada.
Consultado sobre el tema, Alcántara Martínez afirma que “Ocoa transita por primera vez un camino de esperanzas de desarrollo, de la mano del turismo ecológico. Los esfuerzos que se realizan desde los organismos oficiales, los de muchas de las autoridades y de organizaciones ligadas al medio ambiente y al desarrollo comunitario, están surtiendo sus efectos. Ya en Ocoa la gente cree en el desarrollo ecoturístico. Se ha inventariado, se diseñan planes y estrategias, se educa a la gente, y se tiene la esperanza de que este desarrollo alcance a comunidades las deprimidas de nuestra provincia”. Agrega que “nosotros estamos trabajando el tema educativo, no solo en teoría sino en prácticas intensivas. Hemos visitado lugares como Jarabacoa, junto a nuestros estudiantes, para que conozcan cómo se han desarrollado otros destinos”.
El presidente de Picos es enfático en señalar los compromisos que se han asumido: “Existe un serio compromiso desde el Consejo de Desarrollo Ecoturístico y FONDEPROSJO, de la Fundación Picos, de instituciones como la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa, el Consorcio Dominicano de Competitividad Turística y de nuestros legisladores y otras autoridades con un mejor futuro para Ocoa”. Los procesos educativos cuentan con el apoyo de FONDEPROSJO, la Cámara de Diputados y su presidente Abel Martínez, el senador de la provincia y presidente de CODEPROSJO, Carlos Castillo, y la diputada Esther Minyety, ejecutiva de Picos; además de la desinteresada asesoría del Movimiento Turístico Dominicano, que dirige el Lic. Ferdinand Morrison.
LA BOCAINA
Uno de los lugares más atractivos para practicar el ecoturismo en Ocoa es La Bocaina, en el municipio Rancho Arriba. Un terreno dedicado casi con exclusividad a las prácticas agrícolas, posee en su seno tres saltos de agua dulce que se constituyen en una tentación para los amantes de lo natural y que son celosamente custodiados por sus munícipes, quienes exigen al visitante cuidado y limpieza.
Esta comunidad inauguró recientemente una micro-hidroelectrica, gracias a la gestión de varias instituciones; siendo una de las pocas en la zona, al igual que El Limón, que apela a la energía limpia o renovable, una práctica necesaria para implementar el ecoturismo.
San José de Ocoa, en sentido general, es un destino apropiado para la observación de la flora y la fauna, las caminatas en zona llana o montañosa, las prácticas de turismo de aventura y la convivencia armoniosa del ser humano con la naturaleza.
El tiempo y el esfuerzo de la comunidad y sus instituciones tendrán la última palabra, y definirán si el potencial se convierte en realidad palpable y beneficiosa para los comunitarios de la tierra adoptiva del padre Luis Quinn.
Andrés Blanco Díaz/ Listín Diario
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