ActualidadCuriosidades

Por qué la verdadera soledad es estar con alguien que no te aporta nada

Aún hay estratos de nuestra sociedad que siguen asumiendo la absurda idea de que si alguien no tiene pareja es porque tiene un problema o una “tara”

Casi cinco millones de personas viven solas en España

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España había 4.849.900 personas viviendo solas en el año 2020. Traducido: más de uno de cada cuatro hogares (26,1%) españoles está formado por personas que viven solas. El perfil más frecuente en estos hogares unipersonales es el de una mujer mayor de 65 años: un 43,6% de las personas que viven solas tienen 65 o más años. Y, de ellas, un 70,9% son mujeres. Pero también hay bastante hombres jóvenes que están solos en casa.

Cheerleader pom-pom elderly woman happy at living room

La mayor parte de las personas que viven solas en España son mujeres mayores

La paradoja es que estas enormes cifras, que demuestran cómo hemos cambiado, no son suficientes para normalizar la situación desde el punto de vista sociológico. Cuando vamos a comprar unas entradas del teatro, al supermercado o de viaje se nos sigue imponiendo inicialmente la opción de “pareja”. En vez de aceptar esta opción de vida como cualquier otra, la sociedad sigue viendo mal la idea de la soledad.

Seguimos creyendo que si alguien está solo es porque tiene un problema o una “tara”. Esta absurda idea nos influencia y nos coarta, hasta el punto que algunos evitan luchan por evitar a toda costa llegar a esa circunstancia vital. Pero la realidad es que cuando la soledad también aporta muchos beneficios a las personas. Y los números reflejan cada vez con más claridad aquello de que “es mejor estar solo que mal acompañado”.

Aprender a estar con uno mismo es fundamental para conocerse mejor, para saber lo que uno necesita, para aprender a cuidarse y así entender el vínculo con los demás como algo deseable pero no necesario. Si no haces este proceso caes directamente en la necesidad de estar con alguien para cubrir tus carencias. Y eso no es una buen fórmula. A menudo ocurre que esta búsqueda de otra persona con la idea de completarnos y complementarnos acaba fomentando una dependencia emocional . Y cuando eso ocurre surge la la dificultad para poner fin a la relación cuando ya no te aporta bienestar.

Gestión emocional

Cómo aprender a estar con uno mismo

Escuchamos mucho aquello de “ámate a ti mismo”, “aprende a estar contigo”, pero nadie nos enseña cómo hacerlo, lo que aún genera mayor malestar. El primer paso para aprender a gestionar bien la soledad y disfrutar de ella es reconocer que no sabes estar solo. Puede parecer una tontería pero es algo necesario para realizar el cambio de forma consciente.

El siguiente paso es empezar con pequeños retos. Por ejemplo, buscar actividades o momentos para afrontar esa temida soledad: ir a comprar sin compañía, dar un paseo en soledad, tomar algo en una terraza sin quedar con nadie salir a comer solo. Si estas pequeñas propuestas las puedes hacer sin sentirte mal, es el momento de subir el nivel: ir al teatro o al cine o a un concierto sin llamar a nadie o incluso plantearse un fin de semana fuera en soledad.

Happy woman backpacker traveler take a selfie photo on amazing ocean coast

Viajar en soledad puede ser un buen modo de recuperar la autoestima

Pero reconozcamos que nada de todo esto es fácil. Lo normal es que al menos al principio te aburras o te sientas frustrado. O incluso que aparezca la inseguridad e incluso instantes de ansiedad. Para superar esta idea de estar haciendo el “ridículo” o el pensamiento de que “todo el mundo te mira será necesario trabajar la autoestima: aprender a quererse, a no buscar la aprobación de los demás sino encontrar la seguridad en los mensajes que te mandas a ti mismo.

Cuatro pilares para trabajar la autoestima

Los autocuidados: cómo te tratas y te cuidas, si haces deporte, si comes bien, si te arreglas, el cómo te sientes.

Los automensajes: lo que te dices, si te sabes reforzar positivamente o siempre te estás criticando y exigiendo.

El autoconcepto: cómo te ves ante los demás, qué imagen tienes de ti mismo.

La gestión emocional: cómo resuelves tus conflictos y emociones, qué nivel de seguridad tienes en ti mismo

En mi experiencia, lo que percibo en consulta es que cuando alguien se plantea estar solo después de relaciones largas o encadenadas a menudo ni siquiera es capaz de reconocer sus gustos. Se confunden con los hábitos heredados de la vida en pareja. Así pues, se trata de investigar e ir haciendo pruebas hasta encontrar qué actividades podemos disfrutar a solas.

Es fundamental encontrar la actividad solitaria que te guste y te haga sentir bien: puede ser simplemente ir en bici o a correr acompañada de música, o pasear por la playa. Lo importante es buscar la mejor fórmula para trabajar la autoestima. Este punto es el tal vez el más complejo del proceso ya que resulta complicado trabajarlo con pautas genéricas. Es muy personal y dependerá de las circunstancias de cada caso.

Professional cyclist woman speeding on a road in the middle of the forest. Triathlon concept

Hacer deportes en solitario puede contribuir a reencontranos con nosotros mismos

Te animo a analizar estos cuatro puntos para hacer un pequeño examen de cómo está tu autoestima porque es fundamental para sentirse bien con uno mismo y poder pasar tiempo a solas y, a partir de ahí, poder elegir desde la calma, la seguridad y la confianza el tipo de pareja y relaciones que consideras que te van a nutrir, sin angustia ni necesidad y, por ende, esto te permitirá saber poner límites, decir que no y si es necesario ponerle fin a ese vínculo.

Cuando uno llega al punto de saber disfrutar de la soledad, es cuando tiene las herramientas para gestionar sus relaciones y elegir aquellos vínculos que le nutren y le dan confort y los que no.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/comer/materia-prima/20210621/7533518/7-peores-alimentos-desayuno.html

Comentarios para este artículo

Artículos Relacionados

Botón volver arriba