Los mejores encendidos del pebetero en el acto de inauguración de los Juegos Olímpicos

Si cada edición de los Juegos Olímpicos es de por sí un acontecimiento histórico en el deporte, hay momentos concretos de cada edición que quedan en el ideario olímpico colectivo. Más allá de lo que suceda en cada cita a nivel deportivo, uno de ellos es común para todas las ediciones: el encendido del pebetero olímpico.
Es esta una tradición casi centenaria. Si los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna se celebraron en Atenas 1896, el primer pebetero olímpico se encendió en Ámsterdam 1928. Fue allí cuando se recuperó la tradición de los Juegos Olímpicos clásicos. Entonces, el fuego olímpico simbolizaba la pureza de adoración a los dioses, una mística que se recuperó en tierras neerlandesas para quedarse.
El fuego olímpico alumbra a cada ciudad sede de los Juegos desde el inicio y hasta el final de cada cita olímpica. El apagado de la llama simboliza la conclusión de la cita de los cinco aros y su encendido es el mayor secreto de cada comité organizador porque es el momento que más suele recordarse de cada cita olímpica. Como muestra, diez encendidos de pebetero que han marcado la historia olímpica.
Los Ángeles 1984
Rafer Johnson, oro en decatlón en Roma 1960 y plata en Melbourne 1956, subió unas escaleras que conducían hacia un arco elevado en el Estadio Olímpico de Los Ángeles. Estas escaleras fueron prolongadas en ese momento con otras suplementarias para permitirle llegar a la parte inferior de los aros olímpicos que se ubicaban en el arco. Johnson acercó la llama olímpica hacia una estructura que permitió hacer que se prendieran los aros y que continuó por la parte superior hacia una especie de chimenea ubicada en la parte superior del arco. Aros y pebetero iluminaron Los Ángeles al mismo tiempo.
Seúl 1988
Una estructura circular elevó a cuatro portadores de la antorcha olímpica. Las elevó hacia un pebetero elevado sobre el Estadio Olímpico que vio encenderse el fuego olímpico. Seúl dejó una de las anécdotas más recordadas en un encendido, puesto que en ese momento eran muchas las palomas que se encontraban sobre la estructura del pebetero, lo que hizo que las cámaras cambiaran rápidamente el plano hacia una vista general del estadio.
Barcelona 1992
La ceremonia de apertura de Barcelona 1992 es recordada por su elegancia y emoción. Uno de los momentos más icónicos fue el encendido del pebetero olímpico, realizado por el arquero paralímpico Antonio Rebollo, quien disparó una flecha encendida a través del estadio. Este momento se ha convertido en uno de los más memorables en la historia de los Juegos Olímpicos. Además, la ceremonia incluyó una mezcla de tradición y modernidad que reflejaba la rica cultura catalana
Atlanta 1996
En 1996, con Atlanta como anfitriona, decidieron impresionar a todos no solo con el encendido sino como con la personas encargada de dicho cometido, Muhammad Ali. El boxeador encendió una pequeña estructura que, tras comenzar a arder, empezó a ascender hasta lo alto del pebetero para prenderlo e iluminar toda la ciudad.
Sídney 2000
La inauguración de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 fue una celebración vibrante de la cultura australiana. Momentos destacados incluyeron la participación de la atleta Cathy Freeman, quien encendió el pebetero olímpico rodeada de agua, simbolizando la armonía entre los elementos. También se destacó la impresionante coreografía y la representación de la diversidad y la historia de Australia.
Atenas 2004
Volver a la cuna de los Juegos Olímpicos modernos en Atenas 2004 fue un evento especial. La ceremonia de apertura combinó elementos históricos y modernos, comenzando con una representación del nacimiento de la civilización griega. El encendido del pebetero fue realizado por el campeón olímpico de windsurf Nikos Kaklamanakis, y el uso de la tecnología para proyectar imágenes históricas y artísticas dejó una impresión duradera.
Beijing 2008
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 es considerada por muchos como la más grandiosa de todos los tiempos. Dirigida por el renombrado cineasta Zhang Yimou, el evento contó con la participación de más de 15 mil artistas. Destacaron los espectáculos de fuegos artificiales, la precisión de las coreografías en masa, y una impresionante demostración de la historia y cultura china. El encendido del pebetero olímpico por el gimnasta Li Ning, quien «voló» alrededor del estadio, fue un momento inolvidable.
Londres 2012
Dirigida por el cineasta Danny Boyle, la ceremonia de apertura de Londres 2012 fue una celebración de la cultura británica con un enfoque innovador y humorístico. Momentos destacados incluyeron la aparición de James Bond (Daniel Craig) junto a la Reina Isabel II, la actuación de Mr. Bean (Rowan Atkinson) y un emotivo tributo al Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. El pebetero olímpico, compuesto por 204 pétalos de cobre que representaban a cada nación participante, se encendió de manera espectacular en el centro del estadio.
Río de Janeiro 2016
Vanderlei de Lima, una leyenda del olimpismo fue protagonista en su país tras ser el último portador de la antorcha olímpica. La depositó en una bola gigante, pero abierta por la parte superior que, tras recibir el fuego olímpico, se elevó a lo más alto de Maracaná. El caldero llegó a una estructura circular repleta de cientos de esferas reflectivas que salían de distintas ramas. Se trataba de una estructura en representación del sol que cambió su forma y empezó a girar sobre sí misma ante la acción del fuego olímpico.
Tokio 2021
La tenista Naomi Osaka fue la última en recibir el fuego olímpico. Subió unas escaleras de una estructura montada específicamente para albergar el pebetero y encendió la parte interior de una bola blanca que tras recibir el calor del fuego cambió de color hacia un naranja y se abrió en forma de flor. Fue un encendido quizá menos complejo, pero de mucho simbolismo porque quiso reflejar la esperanza en época de pandemia de coronavirus.
Fuente: Panorama
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