Como profesional especializado en las redes sociales me tomo muy en serio el tema de la nueva política y la realidad en que vivimos por el covid-19, situación que nos lleva cada día más a utilizar las redes sociales como Instagram, Facebook y Twitter para estar informados e informar.
Es evidente que el partido de gobierno sabe de esta tendencia y con recursos del pueblo pretende posicionar su candidato Gonzalo Castillo sobre la base de una saturación intensiva y extensiva de estas redes con mensajes alusivos a sus aspiraciones presidenciales.
Con asombro muchos vemos cómo “simpatizantes” del Penco defienden a capa y espada sus acciones y que al mismo tiempo nos den por boca y nariz el supuesto trabajo de su candidato sin pensar en que se trata de un derroche de los recursos del Estado, es decir, con el dinero del pueblo, utilizado para promover intereses personales. Pero cuando vamos al meollo del asunto, descubrimos que en su mayoría son personas pagadas para que realicen este trabajo a través de la creación de cuentas falsas (bots), manejadas por equipos de redes del gobierno.
Twitter, sin duda, es la red social por excelencia de los políticos a nivel mundial pues los dos mercados más activos en política actualmente pululan en ella, o sea, la mujer y la juventud, es por eso que importantes movimientos se han valido de estas redes para provocar oleadas de reacciones masivas, tales como:
-Primavera Árabe, (2010-12)
-Disturbios Caracas, (2020)
-Movimiento 15-M, España (2011)
-8N, Argentina (2012)
-Protestas de los jóvenes Plaza de la Bandera, República Dominicana (2020), y más recientemente, #BlackLivesMatter George Floyd, USA (2020)
El pueblo es consciente de que en su mayoría los medios tradicionales de información están pagados o controlados por el gobierno, de ahí que los internauta se han visto en la necesidad de informarse por su propia cuenta, convirtiéndose a la vez en protagonistas activos de la información, en vez de receptores pasivos de noticias. Este rol lo han asumido subiendo constantemente a las redes lo que pasa en sus comunidades, comentando los acontecimientos desde su propia perspectiva y visión, así nace el periodismo ciudadano.
La información y el conocimiento siempre han sido componentes cruciales del crecimiento económico y social de los pueblos. En este escenario, las tecnologías de la información no son la excepción pues, juegan un papel central en el nuevo contexto ideológico, político y cultural del denominado pensamiento único colectivo, expresado en las redes sociales, las cuales se presentan como otra vía de comunicación alternativa, pero con la diferencia de ofrecer características como la horizontalidad entre los individuos participantes.
El gran reto al que se enfrentan las llamadas bocinas de gobierno en las redes sociales es, precisamente, esa horizontalidad, la cual nos permite a nosotros los ciudadanos desmentir las falacias planteadas por sus agentes pagados como mercenarios digitales.
Como dominicano preocupado por mi país, dentro y fuera de sus límites geográficos, celebro el hecho de que los dominicanos se han empoderado de su verdadera realidad, decidiéndose a estar vigilantes frente a sus autoridades, para que no les vendan gato por liebre.
No podemos permitir que las redes sean tratadas con el mismo criterio que han utilizado con los “comunicadores” y “periodistas”, que a pesar de que el pueblo sufre, ellos se hacen de la vista gorda, y faltando a su deber y responsabilidad, actúan como que nada pasa.
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El autor es Coach – Speaker – Emprendedor
Reside en EE.UU.
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