Cultura

El día que Balaguer abrió su «paréntesis de odio»

Joaquín Balaguer siempre ha sido descrito por sus allegados como alguien reservado, muy de ocultar sus sentimientos y de esconder su intimidad casi de manera absoluta.

Calmado, pasivo y con voz meticulosa; muy pocas personas pueden alegar haber visto a Balaguer comportarse de manera descontrolada o mostrando alguna falta de inteligencia emocional. Sin embargo, en 1924, cuando él solo contaba con 18 años, puede decirse que fue la única vez que dejó plasmado fragmentos de una especie de exabrupto que no formaba parte de su estilo.

Se trata de la «Tebaida Lírica», un escrito que manifiesta el desahogo de un joven Balaguer que parecía ser un resentido escritor que se abría paso ante la competencia de la literatura.

A continuación, el escrito íntegro que 98 años después de haber sido publicado sigue siendo objeto de debate en torno a la figura del enigmático estadista.

Abro este paréntesis para llenarlo de odio y de gratitud. Odio a los que en plazas y corrillos me combatieron acerbadamente; odio a los poetas afeminados que envidian la virilidad de mi arte; odio al que escondió en el “bouquet de rosas de un elogio una mal disimulada flor de envidia”, odio a los consagrados que no han querido tenderle la mano al jovenzuelo imberbe que los abruma con su orgullo, y odio, finalmente a todos los Pachecos que, no atreviéndose a combatirme con la pluma, se encogieron de hombros cuando vieron al mozuelo audaz cruzar tras la apolínea caravana…

Y entre el rebaño de intelectuales imbéciles y de escritores verdaderos, gratitud solamente para aquellos que al aparecer mi claros de luna me tendieron la mano como a un hermano menor.

César Tolentino fue el primero que me saludó como a un compañero novel acogiendo en las columnas de La Información los partos de mi fantasía; y a él es al primero y quizás el último que puedo agradecer algo, porque aún tengo el orgullo de ser, en nuestro medio árido, como una planta rara que solo necesita para vivir de la savia de su arte y del aire que respira en la atmósfera de sus sueños.

Por eso pongo entre este zarzal de odios una sola flor de gratitud. Yo aborrezco el ambiente en que me ha tocado nacer, pero aborrezco más a los intelectuales (con muy pocas excepciones) con quienes he tenido la mala suerte de codearme…”

“Mi Tebaida Lírica molestará a muchos (yo gozo molestando) y algunos borricos rebuznarán (yo gozo oyendo rebuznar) en la estéril sabana de las letras…Pero yo, como el Poeta Adán Aguilar, a todos los espero para combatirlos “uno a uno como caballeros, o a todos juntos como malandrines”.

 

FUENTE: EL CARIBE

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