Salud

El calvario de los contagiados: Las historias de los que se salvaron

En la última semana la cifra de recuperados por coronavirus ha superado la de los muertos en República Dominicana. El dato ha resultado esperanzador para aquellas personas temerosas del coronavirus.

Laura Peralta y Víctor Gómez son dos jóvenes dominicanos que estuvieron contagiados con el coronavirus COVID-19 en el mes de marzo, cuando se registraron los primeros en República Dominicana.

Después de pasar por síntomas característicos de la enfermedad infecciosa cuentan a LISTÍN DIARIO cómo fueron sus experiencias antes, durante y después de haber sobrepasado el COVID-19.

Víctor estuvo hospitalizado y Laura se mantuvo en aislamiento domiciliario hasta que desaparecieran los síntomas. Sin embargo, ninguno desarrolló los peores síntomas del virus.

Por otro lado, la sicóloga clínica Dorka contrajo el virus mientras brindaba asistencia médica en un centro de salud. Pero tras haber dado negativo al COVID-19 se siente preocupada ante la aparición de síntomas.

Aquí las tres historias:

Laura Peralta tiene 26 años. En el mes de febrero salió del país de viaje hacia la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, sin embargo semanas después presentó síntomas de coronavirus COVID-19. Su incógnita es que en su caso desconoce cómo y dónde lo contrajo, porque tres días antes de presentar sintomatología salió de su confinamiento para hacer una compra en un supermercado de Santiago.

“Aunque estuve de viaje en el mes de febrero, la incubación no se relaciona no va a la par con el viaje y con el desarrollo de los síntomas, había pasado mucho tiempo. O fue una incubación tardía o fue una muy rápida, pudo haber pasado una de esas dos”, dijo Peralta.

Desde que se había comenzado a dispersar el virus en el país, ya estaba tomando todas las medidas de precaución, no estaba tomando transporte público, era llevada a su trabajo en un vehículo de la casa, por lo que estaba menos expuesta a contraer el germen.

También indicó que mientras tuvo que ir a su trabajo, tomó las medidas de higiene necesarias, incluyendo el distanciamiento social, para evitar cualquier contagio.

“Yo empecé a sentir dolor de garganta, no parecía nada fuera de lo normal, hasta que comencé a sentir dolores musculares y dolores de cabeza. Mi hermana es doctora y recurrimos a llamar al neumólogo de la familia para preguntarle porque como podía ser una simple influenza o simple gripe, también pudiera ser el COVID, porque había salido de la casa hacía tres días que había ido al supermercado”, dijo la joven en una entrevista a través una plataforma de reuniones virtuales.

Manifestó que cuando fue de viaje a Nueva York también tomó las medidas de lugar como el uso de mascarillas y de gel desinfectante.

“Cuando salí de viaje sí me fui con todas las medidas, viajé con mi mascarilla, desinfectando porque ya se había comenzado a presentar casos  en Nueva York, y como es algo tan grande y uno realmente no maneja la salubridad, uno toma transporte público por obligación allá pues traté de irme lo más preparada posible”, señaló Peralta.

Desde que presentó los primeros síntomas hasta que se llevó a cabo la prueba PCR pasaron en promedio quince días. Antes de hacerse la prueba tuvo que pedir una prescripción médica, comentó que en su caso su seguro de salud cubrió la prueba.

Sin embargo, cuando llamó a un primer laboratorio en Santiago, provincia donde reside, la pusieron en una lista de espera, de la cual nunca recibió respuesta.

“Luego de haber pasado varios días llamé a otro laboratorio, porque no había tenido respuesta y logramos ponernos en lista de espera y ahí fue más rápido”, expresó-

Medidas de aislamiento e higienización

Peralta tenía prohibido salir de su habitación, ni siquiera permitían que las mascotas entraran porque podían transportar el virus de adentro hacia afuera.

“Ellos no se contagian, gracias a Dios, pero sí podía ser un canal de contagio para los demás miembros de mi familia”, explicó.

También toda la loza utilizada por ella era aseada en un lugar apartado de todos los demás utensilios de su familia y eran guardados en otro sitio.

“La comida se me era entregada en la puerta de mi habitación, yo podía abrirla para recogerla mas no podía salir”, señaló.

Trató de mantener una alimentación balanceado y se mantuvo hidratada.

Con relación a la higiene de su habitación, dijo que la ropa de cama (sábanas, cubre almohadas y los cubre camas) eran cambiadas diariamente o cada dos días.

También en cuanto a su higiene personal se lavaba el pelo con más regularidad.

“Fueron medidas bastante rigurosas de limpieza para poder sobrepasarlo, porque uno puedo reinfectarse a través de uno mismo, o sea uno puede estar mejor pero si el virus sigue vivo dentro del espacio otra vez comienzas el proceso”, señaló.

Peralta no fue ingresada en ningún centro médico, sin embargo se medicó con acetaminofén para controlar la fiebre y los dolores de garganta y cabeza.

Con relación a su respiración, utilizó un inhalador que había comprado tiempo antes cuando sufrió de un proceso de neumonía. Este último aparato lo utilizó cada seis horas y luego cada ocho horas, durante los primeros tres días de síntomas para mantener las vías respiratorias despejadas.

“Solamente me hicieron una (prueba) que salió no detectado, no negativo, lo que se infiere que es un falso negativo, que cuando ya me tomaron la prueba el virus no estaba o lo suficientemente esparcido potente dentro del cuerpo o de donde tomaron la muestra no se pudo tomar algún microorganismo que haya dado positivo al Covid-19”, dijo.

Expresó que tiene una mejoría y hace varios días ha podido salir de su habitación, tomando las medidas de lugar.

“Se espera cuando te hablan de COVID-19 una enfermedad letal, tú vas a estar entre la vida y la muerte obligatoriamente… Pero no es desde ese punto de vista en mi caso soy una persona de 26 años, joven, sin ningún tipo de vicios no fumo, no tomo, llevo una vida relativamente saludable, no tuvo grandes repercusiones”, añadió.

Dijo que compara el COVID-19 con algún resfriado que ha contraído en otra etapa de su vida.

Manifestó que hace un tiempo no está tomando medicamentos, porque mientras éstos se aliviaban también se reducía la medicación, pero no descarta la posibilidad de que después de que se determine que ya no tiene COVID-19 someterse a más pruebas para ver cómo está su cuerpo.

“Sí consideraría bueno poderme ver con más profundidad para ver cómo he quedado yo y cómo ha quedado mi cuerpo después del virus”, comentó.

Recomienda a las personas que se mantengan lo más tranquilos posibles debido a que considera que la sobreinformación puede llenar de ansiedad.

“A medida de que te mantienes más informado, pero de fuentes menos seguras, corres el riesgo de alterarte”, explicó.

Dijo que en su experiencia lo más difícil fue estar alejada de todo el mundo, más que la neumonía que experimentó.

Víctor Gómez

El caso de Víctor Gómez fue diferente a la experiencia anterior. Luego de haber dado positivo fue ingresado en el Hospital General Docente de la Policía Nacional, donde estuvo recibiendo atenciones médicas por varios días.

Su prueba dio positiva el día de su cumpleaños 22, el 17 de marzo, dos días antes de las elecciones municipales extraordinarias.

“Es increíble como yo, desde el día de las elecciones del 15 de marzo hasta el 17 de marzo, que era el día de mi cumpleaños, yo tuve contacto con muchas personas y yo no sabía que tenía el virus… Me dolía la cabeza, pero dije bueno eso es normal. Era diferente el dolor pero no le di mente, y yo decía como todos los jóvenes no, uno es inmune, no uno es joven, bueno a mí me dio cuando menos me lo esperaba, pero gracias a Dios nadie está infectado hasta el día de hoy”, explicó a LISTÍN DIARIO.

Los síntomas que lo afectaron fueron dolor de cabeza, en los ojos, fatiga y fiebre, pero no tuvo complicaciones de tos y de respiración.

“Pero a mí sí me dio muy duro en lo emocional, yo me enteré de que fui positivo el día en el que yo cumplía años, me dieron la noticia de cumpleaños. No te voy a mentir que pasó por mi mente que era mi último año, mi último cumpleaños. Cuando mi padre me informó se me fue el aire, pero de inmediato el 911 y el ministerio de Salud Pública se puso en contacto con nosotros, mi padre se internó conmigo, porque pensábamos todos de que él fue quien me lo contagio, por el tema de los puertos y los barcos… Pero gracias a Dios salió negativo”, indicó Gómez.

En total se mantuvo hospitalizado por ocho días, contó que cuando llegó al hospital ya no tenía síntomas tan fuertes y solo duró dos días con dolor de cabeza y fiebre. A pesar de que los síntomas más fuertes habían desaparecido se mantuvo sin comer porque no tenía apetito, por lo que rebajó unas veinta libras de peso.

“No estaban supuestos a darme de alta, porque yo seguía positivo, pero nosotros accedimos porque había más personas contagiadas y con síntomas más graves, y nosotros cedimos nuestra habitación para que personas con síntomas más fuertes se quedaran ahí”, dijo el joven Gómez.

Durante el aislamiento se ha mantenido alejado de sus familiares. Explicó que ha tenido que comer solo y estar aislado en su habitación.

“Yo soy una persona muy atlética, hago mucho ejercicio y cuando me dio el COVID-19 hasta que volví del hospital yo perdí 20 libras… Automáticamente llegué a mi casa me dio ansiedad, porque en la clínica estaba inactivo”, detalló.

Dijo que en un principio estaba sentimental al contagiarse del virus, por temor a no sobrevivir a éste. Sin embargo, cuando se dio cuenta que algunas personas estaban actuando con imprudencia al momento de salir a las calles le dio un choque de “impotencia y me impacté de la cantidad de carros que he estado viendo en la calle”.

Recomendó a las personas que no salgan a menos que no sea necesario.

“Yo no quisiera que en los ojos de su mamá o de su papá o en el de uno mismo ver a una persona que quiero o que amo en una situación que no sabe si va a sobrevivir, que es algo muy doloroso”, destacó.

Explicó que en los próximos días será sometido a pruebas para ver si su sangre puede ser utilizada para salvar pacientes positivos de coronavirus.

Dorka

En el caso de Dorka, quien se desempeña como psicóloga clínica, estuvo ingresada por varios días en el Hospital Militar Docente Ramón de Lara.

“El coronavirus no es una enfermedad que solo afecta la salud, también afecta las emociones, él ataca a través de las áreas de la memoria visual, sensitiva, sensorial… A través de todo lo que vemos, todas esas noticias trágicas, eso comienza a invadir nuestro pensamiento y llega un momento en el que llega la desesperanza”, dijo a LISTÍN DIARIO.

Explicó que los síntomas que tuvo fueron molestias en la nariz, “la garganta pelada, dolor de cabeza y fiebre”.

Manifestó que una de las partes más difíciles de tener coronavirus es estar rodeado de personas desconocidas y lejos de tu familia.

“Me contagié, no sé dónde, no sé cómo no sé cuánto, lo cierto es que me contagié y llegó el momento de despedirme de mi familia y ahí tuve que salir, salir sin una esperanza de regresar. Dijo que mientras estuvo en el hospital le pidió ayuda a Dios para que la permitiera salir bien”, indicó Dorka.

La psicóloga recibió el alta médica del hospital, sin embargo aún siente parte de los síntomas.

Al igual que Dorka también resultaron infectados sus hijos y su esposo.

Recuperados en República Dominicana

Desde el 1 de marzo de este año hasta la fecha se han recuperado 581 personas en el país y fallecido 260.

De acuerdo con los boletines de la Dirección General de Epidemiología del ministerio de Salud Pública, desde el pasado 15 de abril hasta el 21 del mismo mes se han recuperado aproximadamente 248 personas en el país.

Por: Carolina Pichardo/ Listín Diario

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