Cuidemos nuestros polos turísticos

El turismo es, como se dice, la gallina de los huevos de oro de nuestro país.
Todo cuanto pueda hacerse para sostener a este pilar de la economía a salvo de los riesgos comunes a la llamada industria sin chimeneas, entra dentro de nuestras más importantes prioridades.
Por eso resulta atinada la decisión del presidente Danilo Medina de disponer que una amplia comisión de instituciones gubernamentales vinculadas al turismo, realice un diagnóstico de los problemas que pudieran afectar la seguridad de los destinos y de los mismos visitantes, sean o no extranjeros.
La comisión tiene un plazo de tres meses para presentar las líneas de una estrategia de seguridad en los polos turísticos, tomando en cuenta el sostenido incremento de la llegada de turistas extranjeros al país.
Poco a poco nos hemos ido acercando a la meta nacional de traer 10 millones de turistas, y para ello se han puesto en marcha numerosos proyectos hoteleros con capacidad habitacional y recreacional para complacer las demandas de esos visitantes extranjeros.
Con la apertura de las relaciones con la República Popular de China, las expectativas de una subida extraordinaria de esos fl ujos turísticos, es más que razón sufi ciente para que, concomitantemente con estas ampliaciones, también se garantice la integridad física, la tranquilidad y el sano ambiente que buscan los turistas.
Los entornos turísticos más importantes del país han quedado arrabalizados por haitianos ilegales, con las consabidas consecuencias que tales hacinamientos tienen en la salud pública y el medio ambiente, al multiplicarse los caseríos propios de un ghetto, la promiscuidad, la prostitución, la delincuencia y la acumulación de basura.
Todos esos males acorralan y pueden engullir a la gallina de los huevos de oro de nuestra economía, por culpa de otros y la desidia o la falta de acción de las propias autoridades dominicanas.
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