Salud

Cáncer oral, un mal cada vez más común

Anualmente millones de seres humanos padecen de cáncer. La genética, factores externos y hábitos dañinos son algunas de las causas que predisponen la aparición de esta enfermedad.
Cada vez más, dedican grandes inversiones -tanto a nivel científico como económico- a la lucha por la prevención y cura de este mal. Sin embargo, el cáncer sigue siendo una temible enfermedad que afecta emocional, psíquica y físicamente, no solo al paciente, también su círculo familiar.

El cáncer oral, que es cada vez más común, está íntimamente ligado al tabaquismo, el alcohol y el consumo de otras sustancias narcóticas, trauma continuo, factores genéticos e higiene oral deficiente, y su tratamiento afecta de manera especial las condiciones normales de la cavidad oral.

Para llevarlo de forma exitosa y brindándole en todo momento al paciente mayor y mejor calidad de vida, el procedimiento se divide en tres etapas:
1. Antes de iniciar, sea cual fuera el tratamiento que determinará el oncólogo, debe eliminarse todo foco infeccioso presente en la cavidad oral, entiéndase, caries, abscesos, afecciones periodontales; reforzar las instrucciones de higiene oral e instruirlos en el proceso que está a punto de iniciar, lo importante de su cooperación, estado de ánimo y tipo de alimentación.

2. Durante el tratamiento, el paciente puede presentar dolor y/o molestias que le dificultan la higiene en los primeros días. En caso necesario debe acudir a su dentista para que le realice una profilaxis dental. La perseverancia y seguir las instrucciones del equipo médico son esenciales para el éxito del mismo.

3. Luego del tratamiento se hacen presentes los efectos colaterales: dificultad masticatoria o para tragar, xerostomía parcial o total, depresión psicológica, inmunodepresión. Es importante un chequeo minucioso de la salud oral en ese momento y establecer el plan a seguir. El acompañamiento psicológico es de vital importancia.
Estas tres etapas de tratamiento son pautadas por un equipo de profesionales de la salud que, en conjunto, lo programarán con el objetivo de brindarle la mejor alternativa al paciente.

El odontólogo general juega un papel determinante, pues estará a cargo de mantener la cavidad oral libre de procesos infecciosos y orientar al paciente sobre el cuidado de su salud oral e higiene así como referirlo cuantas veces sea necesario a los diversos especialistas que conforman el equipo de trabajo.
El uso de cepillo dental con filamentos suaves, enjuagues bucales sin alcohol y sustancias antibacterianos, hilos con seda son herramientas que ayudan a no lastimar las estructuras de la cavidad oral.

La higiene de todo el tejido blando, encías, lengua y carrillos es sumamente importante, ya que se disminuye la posibilidad de aparecer focos infecciosos. En pacientes con alto riesgo de caries y xerostomía la aplicación de barniz de flúor disminuye las probabilidades de descalcificaciones del tejido dentario y futuras caries.
Dependiendo del tipo de tratamiento, pueden verse afectadas las estructuras de soporte de algunas piezas dentarias, razón por la que deberán ser extraídas; tratamientos dentales que no impliquen procesos infecciosos actuales o en un futuro inmediato no deben realizarse hasta después de superada la enfermedad. Es el caso de procedimientos puramente estéticos, ortodónticos o reposición de piezas dentarias perdidas.
No olvide que el cáncer es una enfermedad donde se pone en riesgo la vida, por lo tanto no se debe escatimar en tomar todas las medidas preventivas y curativas para luchar y ganar la batalla contra esta terrible enfermedad.

Fuente: Hoy

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